Gran Circuito Patagónico
Días: Mínimo 20 días | Temporada: Octubre a Abril
El territorio patagónico está surcado de norte a sur por dos extensas rutas que en su recorrido atraviesan gran parte de los principales atractivos turísticos de la región. Se trata de la Ruta 3 y la Ruta 40, dos ejes vertebrales que permiten realizar en vehículo propio un circuito circular transitando de norte a sur por una de las rutas y en sentido contrario por la otra.
Para este circuito se sugiere contar con un mínimo de 20 días, dando tiempo a visitar sólo los destinos más tradicionales de la Patagonia. Para conocer en profundidad otros destinos y atractivos turísticos será necesario contar con un mayor número de días. La época ideal para realizar este circuito es entre los meses de octubre y abril, dado que en otro momento del año es probable que se dificulte el paso por los caminos debido a la presencia de hielo y nieve. Siempre que el viajero provenga de un destino nacional extrapatagónico – sea cual fuere el sentido en el que realice el recorrido – atravesará la Provincia de La Pampa, donde podrá detenerse para descansar y disfrutar de los atractivos que ofrece vinculados al turismo rural, cultural y de naturaleza. Si el viaje tiene lugar entre los meses de marzo y abril se podrá asistir a un evento natural único: el avistaje de ciervos en brama, actividad que se realiza en el Parque Luro, a 35 kms. de la ciudad de Santa Rosa.
Ruta 40
La mítica Ruta 40, la carretera más larga y espectacular de la Argentina, nace en la Patagonia, más exactamente en Cabo Vírgenes, el extremo sur de la Provincia de Santa Cruz. Allí se ubica el Km 0 de un camino que – paralelo a la Cordillera de los Andes – recorre 2.700 kms. de territorio patagónico, para extenderse luego hasta el norte del país, alcanzando los 5.000 kms. de recorrido.
A lo largo de la travesía, el viajero tendrá el privilegio de conocer majestuosos escenarios que encierran bosques milenarios, imponentes glaciares, cristalinos espejos de agua, misterios ligados a la era de los dinosaurios, culturas originarias, numerosos Parques Nacionales y sitios declarados Patrimonio de la Humanidad.
El recorrido
Desde el Km. 0 se circula hasta el encuentro con la Ruta Nacional 3 que conduce a Río Gallegos. El siguiente tramo de “la 40” se adentra desde la capital provincial hacia el interior del territorio durante 261 km hasta Río Turbio, en la Cordillera de los Andes. Desde aquí la ruta avanza hacia Tres Lagos, pasando por las rutas provinciales 11 y 23, entradas a las localidades turísticas de El Calafate – cuyo atractivo principal es el Glaciar Perito Moreno, distante a 110 Km de la ruta Nacional 40 y que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO – y El Chaltén, pueblo de montaña, conocido como la Capital Nacional del Trekking.
A partir de Tres Lagos, el camino se aleja de la Cordillera, pasando por Gobernador Gregores hasta llegar a la localidad de Perito Moreno. La ruta es entonces, y durante más de 250 km, de ripio; luego, avanza unos 200 km ya de asfalto. Este tramo comunica, a través de sus respectivas rutas de entrada, con la localidad de Los Antiguos, con el Parque Nacional Perito Moreno y la Cueva de las Manos (Patrimonio Cultural de la Humanidad). Este sitio ubicado en el Río Pinturas, conserva con más de 10.000 años de antigüedad, pictografías naturalistas y abstractas de los tehuelches que habitaron esta parte de la Patagonia.
Hacia el norte, una vez en la provincia del Chubut, la 40 pasa por las localidades de Esquel y Trevelin, ambas de gran interés turístico. Allí es posible abordar el tren La Trochita, conocido también como El Viejo Expreso Patagónico. El Parque Nacional Los Alerces – recientemente declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad – es otro imperdible de la zona, el cual anuda un complejo sistema de lagos de singular belleza. Continuando, el camino conduce a las localidades de Cholila, Epuyén, El Hoyo, El Maitén y Lago Puelo, donde pueden visitarse chacras, huertas y establecimientos rurales para conocer la producción característica de esta parte de la cordillera, siempre en un marco natural imponente. El periplo avanza sobre la zona montañosa y llega a El Bolsón, en la Provincia de Río Negro, ubicada al piedemonte del cerro Piltriquitrón, conocida por su variedad de propuestas de Turismo Bienestar. Ascendiendo unos 120 kms. aparece uno de los destinos turísticos más tradicionales y emblemáticos de la Patagonia: San Carlos de Bariloche. A orillas del Lago Nahuel Huapi, esta ciudad – de gran desarrollo turístico – es la Capital Nacional del Turismo Aventura.
Adentrándose en la Provincia del Neuquén, el recorrido de la Ruta 40 permite al visitante conocer la variedad del paisaje neuquino: montañas, volcanes, valles, mesetas, bosques, lagos y ríos. A su paso, atraviesa pintorescas aldeas de montaña, como Villa la Angostura y San Martín de los Andes, transitando la maravillosa Ruta de los 7 lagos, para llegar luego a Junín de los Andes. En el último tramo patagónico, la 40 pasa por el centro neuquino y trepa hasta las ciudades de Chos Malal, Buta Ranquil y Barrancas, habiendo dejado atrás 2.700 kilómetros de paisajes deslumbrantes y, sin dudas, miles de anécdotas y experiencias para compartir.
Ruta 3
La costa patagónica ofrece un paisaje diferente pero no menos atractivo. Aquí la gran protagonista es la fauna marina – que abunda en cantidad y especies conformando algunas de las colonias más numerosas del planeta – y la posibilidad de llegar hasta el “Fin del Mundo”. Paralela a la costa atlántica corre la Ruta Nacional Nro 3, que tiene su kilómetro 0 en la Plaza del Congreso de la Capital Federal, para culminar en el Parque Nacional Tierra del Fuego.
En sus 3.063 kilómetros se suceden un sinnúmero de atractivos vinculados a la naturaleza, la fauna, la prehistoria geológica y la mística de encontrarse en el punto más austral de América, rodeado de montañas y oteando en el horizonte al continente blanco.
El recorrido
La primera ciudad patagónica que aparece en un recorrido por la Ruta 3 en sentido de norte a sur es Viedma, capital de la Provincia de Río Negro. A 30 km de la ciudad se encuentra el Balneario el Cóndor. Sus playas, con predominio de costas bajas van dando lugar hacia el oeste a los primeros acantilados, donde se ubica la mayor Colonia de Loros Barranqueros del mundo. A lo largo de grandes extensiones de arena se suceden los balnearios y las áreas destinadas para la práctica de deportes náuticos y de viento. Unos kilómetros más adelante se encuentran las localidades de San Antonio Oeste y Las Grutas. Esta última prospera en el contexto del Área Natural Protegida Bahía de San Antonio, sobre la costa del imponente Golfo San Matías. La gran diversidad de vida de este Golfo se brinda durante todo el año en excursiones de avistaje embarcado que parten desde Las Grutas y San Antonio Este. Siguiendo el calendario de avistaje, el viajero podrá navegar en un mar en el que reinan los delfines para ir al encuentro de lobos marinos, petreles, albatros, pingüinos y, desde agosto a octubre, de la colosal ballena Franca Austral. Además, por su ubicación geográfica, las playas de Las Grutas gozan de una calidez particular, lo que hace que todos los veranos miles de turistas se acerquen a disfrutar de sus aguas.
Continuando hacia el sur, ya en la Provincia del Chubut, arribamos a Puerto Madryn, la cual posee un valor turístico indiscutible siendo el mayor centro de servicios de la costa patagónica y la puerta de entrada a la Península Valdés, declarada por la UNESCO en 1999, Patrimonio Natural de la Humanidad. Este escenario es elegido cada año por la ballena Franca Austral para aparearse y parir sus crías, espectáculo natural al que es posible asistir desde el mes de junio y hasta mediados de diciembre en la localidad de Puerto Pirámides. Pero no es la única especie que se deja ver por estos lares, la acompañan delfines, orcas, lobos y elefantes marinos, pingüinos de magallanes y una gran diversidad de aves y fauna terrestre. Asimismo, el Área Natural Protegida Punta Tombo, constituye la mayor reserva continental de pingüinos magallánicos con una población que supera los 400 mil ejemplares, y que pueden verse entre los meses de septiembre y abril.
Andando unos kilómetros más, nos encontramos con el inicio de la llamada “Ruta Azul”, que hace cabecera en la ciudad de Comodoro Rivadavia para terminar en la capital santacruceña.
Se trata de un corredor turístico joven surcado por la Ruta 3 donde a lo largo de unos 500 kilómetros de ruta, es posible acceder a puntos de avistaje de lobos marinos de uno y dos pelos, elefantes marinos, toninas overas, cormoranes, palomas antárticas, pingüinos de magallanes e incluso es posible conocer la única colonia continental de pingüinos de penacho amarillo. Este circuito enlaza más de seis localidades de ambas provincias para terminar en Río Gallegos.
Y a partir de allí, la aventura se transforma. La Ruta deja atrás los horizontes de mares azules, para dar paso al paisaje montañoso que ofrece la Cordillera de los Andes en Tierra del Fuego. Para llegar por vía terrestre, habrá que tener en cuenta que hay que atravesar territorio chileno, por lo que será necesario llevar la documentación correspondiente para hacer los trámites de migraciones. Una vez en el Fin del Mundo, el viajero se sentirá cautivado por la a tranquilidad casi remota de sus bosques frondosos, montañas, valles y lagos seduce la contemplación e invade la imaginación de cada visitante. Ushuaia se constituye como el centro turístico más importante de la provincia, y son muchas las opciones que se ofrecen. Navegar a través de los canales fueguinos es una experiencia inolvidable y una oportunidad de ver el imponente marco natural de Ushuaia desde otra perspectiva. Bahías, islotes y fiordos de singular belleza deslumbran a lo largo del recorrido por las aguas azules del mítico Canal Beagle, acompañado por una variada avifauna y mamíferos marinos. No se puede dejar de visitar el Parque Nacional Tierra del Fuego, ubicado a 11 km. de la ciudad, se trata del único Parque Nacional argentino que posee costas marinas (Canal Beagle) bañando el bosque.
El tren del fin del mundo propone un viaje al pasado, cuando los presos eran trasladados en tren para abastecer de leña a la población. Hoy, el Tren del Fin del Mundo se ha convertido en un atractivo turístico que hace el mismo trayecto que décadas atrás realizaban los convictos, adentrándose en el Parque Nacional. Y es justo allí, en Bahía Lapataia, donde el viajero verá cumplido su periplo, al toparse con un cartel que anuncia el fin de la Ruta Nacional Nro 3, a exactamente 3.063 kilómetros de Buenos Aires.