Corredor de los Lagos

Días: 10 días | Temporada: Todo el año

En el oeste patagónico, paralela a la Cordillera de los Andes, se despliega la mítica Ruta 40, la carretera más larga y espectacular de la Argentina. Esta ruta nace en la Patagonia, más exactamente en Cabo Vírgenes, el extremo sur de la Provincia de Santa Cruz. Allí se ubica el Km 0 de un camino que transita 2.700 kms. de territorio patagónico, para extenderse luego hasta el norte del país, alcanzando los 5.000 kms. de recorrido. El circuito propuesto en esta oportunidad, abarca más de 600 kilómetros de esta ruta que a su paso enlaza pintorescas aldeas de montaña, bosques milenarios, majestuosas montañas y volcanes, cristalinos espejos de agua, misterios ligados a la era de los dinosaurios, culturas originarias y numerosos Parques Nacionales.

La época ideal para realizar este circuito completo es entre los meses de octubre y abril, dado que en otro momento del año es probable que se dificulte el paso por los caminos debido a la presencia de hielo y nieve. Pero la generosa geografía invita al turista durante todas las estaciones, con la posibilidad de practicar actividades deportivas y recreativas en incomparables marcos naturales. Trekking, cabalgatas, mountain bike, ascensiones, pesca con mosca y kayak son algunas de las actividades más recomendadas, en un ámbito ideal para el turismo de aventura, la exploración y el descubrimiento.

El Recorrido

El circuito inicia en la neuquina localidad de Villa Pehuenia. Esta pintoresca y pequeña villa se ubica en el centro oeste de la provincia del Neuquén, sobre la margen norte del lago Aluminé, en medio de cadenas montañosas cubiertas de bosques de pehuenes, ejemplares de origen prehistórico que predominan y dan el nombre a la localidad. La majestuosidad de la naturaleza hacen de la villa un lugar que ofrece infinidad de posibilidades. Deportes náuticos, pesca, cabalgatas, escaladas y excursiones de caza o trekking son algunas de las actividades que pueden desarrollarse. En invierno el Parque de Nieve Batea Mahuida (2000 mts sobre el nivel del mar), ubicado a 8 km. De la villa, en territorio de la comunidad indígena de la agrupación Puel, ofrece a los amantes de la nieve practicar esquí alpino, paseos en moto de nieve, raquetas para caminar y trineos. El parque es administrado por la comunidad mapuche Puel y actualmente ofrece diversos servicios para toda la familia.

El recorrido continúa por Aluminé, principal centro urbano de la zona Pehuenia donde predomina abundante vegetación nativa, con el marco de las montañas cubiertas de ñires, caña coihue, robles y pehuenes, más los azules brillantes de los ríos, cascadas y lagos hacen un lugar único, donde la naturaleza se expresó en todo su esplendor. Continuando hacia el sur se llega a Junín de los Andes. Situada en el ingreso del Parque Nacional Lanín, la ciudad invita a conocer su rica historia a través de sus museos Mapuche y Roca Jalil, por medio del circuito histórico, visitando también el Paseo Artesanal, el Colegio María Auxiliadora, el Santuario Nuestra Señora de las Nieves y de la Beata Laura Vicuña y el imponente Parque Vía Christi en el cerro La Cruz, obra del arquitecto Alejandro Santana. En los alrededores de la localidad existen comunidades Mapuche que abren sus puertas a los visitantes para compartir su cultura y su cosmovisión a través de diferentes actividades. Junín de los Andes está rodeada por una naturaleza única, ríos y arroyos cristalinos bajan serpenteantes de las montañas del Parque Nacional Lanín, y bañan sus fértiles tierras. En sus ríos y lagos se pueden capturar las truchas arco iris, marrón y fontinalis. La boca del río Chimehuín es un Área Natural Protegida Provincial y se constituye un lugar preferencial de pesca deportiva. También el lugar es apto para practicar actividades acuáticas como kayak, rafting, widsurf, o disfrutar de paseos en catamarán en el lago Huechulafquen desde el paraje Puerto Canoa. Para los más aventurados el ascenso al volcán Lanín (3.776 mts.), es un digno desafío para quienes practican andinismo. Su cumbre permite disfrutar de una panorámica inigualable de toda la región.

Avanzando sobre la Ruta 40 llegamos a San Martín de los Andes, una típica aldea de montaña rodeada de montañas con espesos bosques y profundos lagos de origen glaciario. Se trata de uno de los destinos turísticos más importantes de la Provincia de Neuquén y digno poseedor de una belleza inconmensurable. En esta escenografía San Martín de los Andes ofrece una amplia gama de opciones para todos los gustos durante todo el año, sus cerros y bosques van cambiando de colores a medida que avanzas las estaciones: verdes, amarillos, dorados, naranjas, rojos y blancos. En primavera y verano las posibilidades son más variadas y permiten un contacto más intenso con la naturaleza: cabalgatas, mountain bike, observación de aves, trekking y senderismo son opciones para todas las edades. En los alrededores de la localidad existen numerosos circuitos y sendas que atraviesan paisajes únicos y que permiten la interpretación de la naturaleza.. En verano los ríos y lagos de la región invitan a ser recorridos a través de excursiones lacustres y la práctica de deportes náuticos como canotaje, kayak, rafting, navegación a vela. Estos ambientes son elegidos también por los amantes de la pesca deportiva en todas sus modalidades (fly casting, trolling y spinning). La estación invernal cubre los cerros de un manto blanco y da la bienvenida a la temporada de esquí en el cerro Chapelco: uno de los centros de esquí más importantes de Sudamérica que dispone 120 hectáreas de superficie esquiable y 20 pistas donde es posible practicar esquí alpino, de fondo, de travesía y snowboard. A medida que se avanza sobre el circuito, el viajero podrá comprobar que la zona no escatima en belleza. Paisajes que dejan sin respiración aún al viajero más avezado se suceden sin solución de continuidad.

San Martín de los Andes, está ubicada en uno de los extremos del famoso camino de los Siete Lagos, que une a esta localidad con Villa La Angostura. Este es el inicio de uno de los recorridos más fascinantes de la Patagonia dada la belleza natural a lo largo de su trayecto. Los lagos: Machónico, Hermoso, Falkner, Villarino, Espejo, Escondido y Nahuel Huapi así como los ríos como el Hermoso y Pichi Traful, se disfrutan en este camino. Antes de llegar a Villa la Angostura, bien valen dos desvíos en el camino para conocer las paradisíacas localidades de Villa Lago Meliquina y Villa Traful. La primera es una pequeña aldea que no cuenta con servicio eléctrico donde viven poco más de 30 familias. El lago Meliquina, se constituye en uno de sus principales atractivos; ya que posee innumerables playas rodeadas de árboles, que invitan a las personas a tomar un descanso o realizar un pic- nic. Tanto el lago como el río son interesantes ambientes de pesca, donde se pueden obtener buenas piezas de truchas arco iris, y con suerte, de alguna marrón. Sus aguas invitan también a practicar actividades náuticas como windsurf o kayac. Villa Traful, en tanto, se caracteriza por su belleza paisajística y su naturaleza intacta por el hombre, rodeada de bosques de coihues y la majestuosidad de las formas de la cordillera andino patagónica, conserva un estilo turístico que ha privilegiado la conservación del paisaje y el espíritu montañés.

El Camino de los Siete Lagos culmina en Villa la Angostura. Rodeado de bosques y lagos se encuentra este maravilloso rincón cordillerano considerado el portal de entrada al Parque Nacional Arrayanes: único lugar en el mundo donde se encuentra un bosque natural de esta preciosa especie. Villa La Angostura hoy es una cálida aldea cordillerana cuyas edificaciones construidas en piedra y madera, están en armonía con la naturaleza y le han dado una imagen típica de aldea de montaña. Un entorno natural privilegiado que se encuentra protegido dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, brinda el espacio ideal para la práctica diferentes actividades de aventura así como paseos o circuitos disponibles a lo largo de todo el año: cabalgatas, mountain bike, observación de aves o trekking y a través de los circuitos de las cascadas Inacayal, río Bonito, Dorada y Santa Ana. Durante el invierno el centro de esquí localizado en el cerro Bayo ofrece a los visitantes más de 20 pistas, 12 medios de elevación y 200 has. donde se pueden practicar todas las modalidades de esquí y snowboard. Dispone además de todos los servicios necesarios para que el esquiador tenga una jornada placentera.

A pocos kilómetros de allí, aparece uno de los destinos turísticos más tradicionales y emblemáticos de la Patagonia: San Carlos de Bariloche. A orillas del Lago Nahuel Huapi, esta ciudad – de gran desarrollo turístico – es la Capital Nacional del Turismo Aventura. Conocida por sus discos, variedad de pubs y bares, gastronomía que fusiona la cultura europea y carnes de caza, pescados, carnes ahumadas, quesos y frutos del bosque: platos típicos como carpaccio de trucha, struddel de cordero y curanto. Postres como chocolate, en fondue, bebido o en rama. Aquí, un sinnúmero de actividades esperan al turista para sorprenderlo e invitarlo a disfrutar de la naturaleza a cada paso. Trekking, montañismo, vuelos en parapente, kayak, paseos en bicicleta, cabalgatas, pesca, son sólo algunas de las múltiples opciones que ofrece esta multifacética ciudad cordillerana. Y cuando el frío acecha y la nieve se deja ver, el El Cerro Catedral, el Cerro Otto y el Neumeyer ofrecen servicios para que tanto los aficionados al deporte como aquellos que disfrutan de las actividades que ofrece la nieve, quieran pasar buenos momentos. Para los que se inician en los deportes invernales, los cerros brindan espacios adecuados con suaves pendientes y bosques. Asimismo, los ya experimentados se encontrarán con espectaculares pendientes por donde circular que llegan a una altura máxima de 2.100 metros sobre el nivel del mar, aunque los aficionados al “fuera de pista” se sorprenderán con las opciones disponibles.

Hacia el sur, otra ciudad rionegrina se destaca en el recorrido. Se trata de El Bolsón; favorecido por un microclima apacible, este lugar de montaña ofrece naturaleza, aventura, historia, mitos, cultura y tranquilidad. El Bolsón también propone una forma diferente y única de lograr la armonía entre la mente, el espíritu y el cuerpo, combinando el contacto consciente con la naturaleza, la realización de actividades saludables y de terapias complementarias y conociendo variadas tradiciones y prácticas locales. Hay propuestas interesantes para toda la familia: caminatas y cabalgatas por los bosques cordilleranos, y participar de la vida rural y la producción local. Para quienes busquen actividades más intensas pueden optar por el rafting, parapente, cuatriciclos, arborismo, cicloturismo y mucho más.

Continuando, el camino conduce a las localidades chubutenses de Lago Puelo, El Maitén, El Hoyo, Epuyén y Cholila, donde pueden visitarse chacras, huertas y establecimientos rurales para conocer la producción característica de esta parte de la cordillera, siempre en un marco natural imponente. El último eslabón de este fascinante circuito cordillerano es Esquel. Estepa patagónica y bosque andino se combinan a la perfección alrededor de la ciudad, ubicada al pie de la cordillera en un valle de origen glaciar. Allí es posible abordar el tren La Trochita, conocido también como El Viejo Expreso Patagónico. El Parque Nacional Los Alerces – recientemente declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad – es otro imperdible de la zona, el cual anuda un complejo sistema de lagos de singular belleza. La estrella es el alerzal milenario, existen ejemplares de más de 3000 años. Puede ser recorrido a lo largo por su ruta troncal o mediante diferentes excursiones lacustres y terrestres ó simplemente disfrutar de sus miradores, playas y sendas de trekking. El Centro de Actividades de Montaña “La Hoya” reúne todas las condiciones para la realización de deportes de invierno, destacándose el esquí y el snowboard. Cuenta con 10 medios de elevación, 25 pistas y 60 hectáreas esquiables, además de ofrecer servicios de gastronomía, escuela, guardería de niños y alquiler de equipos. Los meses de octubre y diciembre deparan nuevas sorpresas, ya que en esos momentos del año florecen los campos de tulipanes y peonías, respectivamente, en la zona de Trevelin. Durante el verano la montaña dispone uno de los medios de elevación y cuenta con varias sendas de trekking. Para todos aquellos que disfrutan de las vistas panorámicas, desde el camino se puede ver el valle que contiene a Esquel y los picos de la Cordillera de los Andes.

Se estima este plazo para hacer el circuito completo en vehículo. Si el tiempo del que se dispone es menor se sugiere realizar un tramo tomando como punto de partida la ciudad de San Carlos de Bariloche, ya sea hacia el sur o hacia el norte. Se deberá tener en cuenta que entre los meses de mayo y septiembre suelen producirse nevadas en la zona, lo que dificulta la transitabilidad por las rutas debiendo tomar las precauciones pertinentes para el manejo en hielo y nieve (ver “Organizá tu Viaje”).